El programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz
conoció testimonios de un grupo de personas privadas de la libertad del
Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de Leticia,
quienes recobran su esperanza de vida y de amor por sus raíces étnicas mediante
las artes y las culturas.
"Va subiendo la corriente, con chinchorro y atarraya, la
canoa de bahareque para llegar a la playa". Esa estrofa de la composición del
maestro José Barros "El pescador alegre", que consolida una cumbia que en la
voz de "Toto" La Momposina es parte del corazón del folclor colombiano, la
interpreta Henry Gaudensio Méndez Solano, privado de la libertad del
Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de
Leticia.
Henry ha sido parte de los talleres de formación artística
del programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz, que hace
presencia en 58 centros penitenciarios de todo el país, en una alianza con el
Ministerio de Justicia y el INPEC, y que beneficia a 5 mil personas que están
detrás de las rejas. "En la cultura no
hay límites, la cultura puede llegar a muchas partes donde la gente menos cree.
La resocialización no solamente, como mucha gente cree, es una palabra. Si uno
quiere verdaderamente la resocialización, uno debe buscarla desde uno mismo",
dice Henry. La pasión de este privado
de libertad, que ha-ce parte de los más de 200 que conviven entre los muros del
establecimiento penitenciario de Leticia, es el canto y, gracias a Sonidos para
la Construcción de Paz, ha podido aprender lo que siempre quiso afuera: cantar
con mayor técnica y mejores herramientas.
Para la jefe de Atención y Tratamiento del INPEC y del
Establecimiento Penitenciario de Mediana Seguridad y Carcelario de Leticia,
Adriana Prieto Arbeláez, espacios como los que abre Sonidos para la
Construcción de Paz permiten que las personas privadas de la libertad tengan
escenarios para avanzar cultural y socialmente en su proceso hacia una nueva
concepción del valor de la libertad y del respeto por la vida. , hicieron un
ensamble, y les enseñé el sentido rítmico a través del cuerpo, conocieron el
folclor colombiano, la cumbia, y también, el vals, y se iniciaron en técnica
vocal, con ejercicios, y construyeron sonajeros con tapas de botellas", afirma
la artista formadora. La indígena
ticuna y mujer privada de la libertad Tulia Musumbite, recluidas en este centro
penitenciario junto con otras cinco mujeres, reconoce que lo que más disfruta
es que, mediante el arte, se siente orgullosa de sus raíces ancestrales, sus
tradiciones, sonidos y de la mística de la Amazonía. Así en Leticia, el
programa presidencial Sonidos para la Construcción de Paz está llevando oferta
artística al interior de los muros que separan de la libertad a las personas
que tienen una deuda con la sociedad, El programa presidencial Sonidos para la
Construcción de Paz es la mayor apuesta cultural del Gobierno del Cambio.
Agradecimientos a todas las personas que nos escuchan en la
Emisora www. urdimbre.co DESEANDOLES
UN DIAS BENDECIDOS LLENOS DE PAZ, AMOR, FELIDAD Y ARMONIA nos despedimos
hasta una próxima ocasión.